¿Cómo desarrollar una plaza inclusiva en Chile?

Cuando se piensa en plazas inclusivas, es fácil imaginar zonas de juego y deporte accesibles para personas con alguna situación de discapacidad. A pesar de la tendencia, hoy muchas áreas verdes no logran una completa solución, sobre todo si sumamos déficits sensoriales o cognitivos ¿Qué es entonces una plaza realmente inclusiva y accesible? ¿Qué aspectos se deben considerar al momento de diseñar?

Existe la idea errónea de que una plaza accesible es sinónimo de un espacio inclusivo, cuando en realidad es solo una parte del diseño. Una zona de recreación inclusiva da la bienvenida a una comunidad de todas las capacidades para aprender, jugar y crecer juntos.

El II Estudio Nacional de la Discapacidad, señala que hoy cerca de un 20% de la población chilena tiene algún grado de discapacidad, y su calidad de vida puede verse gratamente mejorada gracias a los avances médicos y los estilos de vida más saludables. La oportunidad de vivir de forma independiente, con mayor seguridad y facilidad se ve directamente influenciada por la forma en que creamos entornos.

¿Cuál es la diferencia entre accesibilidad e inclusión?

El pilar fundamental de la inclusión es el reconocimiento de que todas las personas tienen habilidades propias que exigen diversas respuestas, y éstas se deben ver reflejadas en la accesibilidad. En el caso de espacios públicos, se debe ofrecer un entorno urbano para ser utilizado en condiciones de comodidad, seguridad, igualdad y autonomía por todas las personas.

Acorde a la UNESCO, la inclusión es un enfoque que responde positivamente a la diversidad y diferencias individuales de las personas, transformándose en una oportunidad para el enriquecimiento de la sociedad, a través de la activa participación en la vida familiar, educación, trabajo, procesos sociales y culturales en las comunidades.

¿Qué es una plaza inclusiva?

El principal objetivo de estos espacios es permitir que los usuarios de todas las capacidades se desarrollen física, cognitiva, social y emocionalmente, brindando desafíos y experiencias adecuadas para todos los niveles de habilidad e intereses.

Una plaza inclusiva aborda también a aquellas discapacidades de desarrollo como el Trastorno del Espectro Autista, discapacidades intelectuales, cognitivas o sensoriales, como también a la red de apoyo de esta persona. 

Una zona recreativa inclusiva bien diseñada agrega valor a la experiencia de juego, deporte y recreación, empoderando a que las personas se desafíen a sí mismas y se desarrollen a un ritmo individual apropiado.

El diseño universal

Ronald Mace, arquitecto pionero en espacios inclusivos, definió en 1991 el concepto de diseño universal como “el diseño de productos y entornos para ser usados por todas las personas, en la mayor medida posible, sin la necesidad de adaptación o un diseño especializado”.

Con esta tendencia en alza, el diseño de una plaza inclusiva debe estar orientado a construir un entorno que garantice a todos los usuarios la oportunidad de estar juntos y activos de manera cohesiva, independiente de su capacidad. 

Una plaza inclusiva debe mejorar, garantizar y simplificar la vida de la comunidad, a través de un entorno que pueda ser utilizado por tantas personas como sea posible, con un costo mínimo o nulo. 

¿Qué elementos debe tener una plaza inclusiva?

Un entorno verdaderamente inclusivo considera un equilibrio de experiencias a personas con discapacidades físicas y cognitivas, ofreciendo diversos niveles de participación sensorial. Para esto recomienda abordar 5 pilares fundamentales: 

1. Elementos multisensoriales: La zona de juegos debe incluir la estimulación de los sistemas 

Auditivo: la posibilidad de reconocer y diferenciar los estímulos sonoros.

Propioceptivo: es la información sensorial causada por el uso de músculos y articulaciones.

Táctil: a través de la activación de los receptores neuronales a través de la piel

Vestibular: la percepción de nuestro cuerpo en relación a  la gravedad, el movimiento y el equilibrio. 

Visual: reconocer, diferenciar e interpretar estímulos visuales y experiencias.  

2. Accesibilidad: Las zonas comunes deben garantizar: 

El respeto a la normativa de alturas, ángulos, distribución y diseño.

El uso de materiales apropiados que cumplan con las normas EN 1176 y EN 1177. 

El diseño de rutas que permitan la fácil circulación. 

Pisos y transiciones niveladas entre cada área para un movimiento seguro.

3. Juegos para todos: las zonas de juegos deben permitir

Agrupar elementos similares con diversos niveles de desafío, para que los niños, acorde a sus capacidades, participen en la misma actividad uno al lado del otro.

Garantizar la oportunidad de participación con distintos juego y niveles de desafío.

4. Oportunidad para la calma: espacios seguros para quienes lo necesiten 

Áreas apartadas, que aún estando a la vista, permiten el aislamiento y el descanso.

Un espacio de orientación para examinar las opciones de juego, y que además se transforme en zonas de aislamiento o descanso.

5. Entornos sociales: permitir el desarrollo de habilidades sociales, pero sobre todo para aquellos a quienes les resulte difícil, es importante ofrecer diversas dinámicas

Juego solitario: la oportunidad de explorar y descubrir de manera individual.

Juego de espectador: un niño observa o conversa con otros mientras juegan, sin participar. 

Juego paralelo: los niños juegan uno al lado del otro en la misma área realizando sus propias actividades, mirándose y conversando. 

Juego asociado: Los niños jugarán de form independiente a través de turnos.

Las plazas inclusivas de Chile

En Fahneu innovamos y trabajamos con múltiples soluciones y materialidades inclusivas para actividades apropiadas a la capacidad, edad e intereses de los distintos usuarios que habitan estos espacios públicos, con un enfoque en el diseño universal y que generen entornos útiles, seguros y saludables para todos. 

A pesar de los estudios y las cifras reflejadas en SENADIS, aún muchos espacios públicos están en deuda con las personas en situación de discapacidad. El desafío para Fahneu es seguir asesorando y creando espacios públicos accesibles e inclusivos, también en niños, mujeres embarazadas, adultos mayores y todos los ciudadanos en general.

Las plazas inclusivas de Fahneu se han transformado en el lugar por excelencia para encuentro público, posibilitando el avance en la construcción de una ciudad más justa e igualitaria, garantizando condiciones de accesibilidad y permitiendo la participación plena y la accesibilidad efectiva.


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